Soy de esas que tienen tres vidas; la suya, la que se inventan
los demás, y la que sus padres creen que tienen. De las que cuando tienen un día
estresado lo pagan con la persona equivocada. De las que a veces se sienten
mejor estando solas, aunque echen de menos a sus amigos. De las que lloran con
las películas románticas. De las que van con el miedo a fallar pero aún así se
entregaran al máximo. De las que escriben su nombre en los cristales empañados
para luego borrarlos. De las que se quedan hasta las tantas para hablar con él.
De las que tienen expectativas. De las que no se entienden ni ellas pero saben
lo que quieren. De las que son capaces de sacarte una sonrisa en tus peores
días. De las que echan el bolígrafo al suelo para coger la notita que les lanza
el compañero. De las que les entra la risa tonta en momentos serios. De las que
les encanta quedarse hablando con las amigas toda la tarde. De las que odian los
pajaritos que les cuentan todo a las madres. De las que la música las vuelven
locas. De las que siempre encuentran algo bueno en cualquier persona. De las que
eso de disimular no se les da muy bien. De las que se quedan tumbadas en la cama
pensando en el por qué de las cosas. De las que tropiezan mil veces con la misma
piedra pero siempre se vuelven a levantar.
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